La Responsabilidad Social - y Ética Corporativa: ¿Es la Ética un buen negocio?

Martínez Claros, Vilma Justa (2004) La Responsabilidad Social - y Ética Corporativa: ¿Es la Ética un buen negocio? Masters thesis, Universidad de El Salvador.

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Abstract

El mundo actual en proceso de globalización, se enfrenta ante un panorama complejo en el cual subsisten fuerzas contradictorias, las cuales en un momento determinado afectan grandemente la vida de los seres humanos. Ante este escenario, resulta importante para todo profesional en el área financiera, que pretenda liderar una empresa, visualizar la importancia del tema ético, para todo negocio; quizás en otros tiempos éste no tenía la relevancia que está teniendo en la actualidad, como resultado de conductas antiéticas de ejecutivos y empresas en los últimos años. Quizás para la mayoría de estudiantes o profesionales del área financiera, la ética nunca representó una asignatura importante en su desarrollo académico, posiblemente sea esa la razón por la cual en la actualidad se tengan tantos escándalos financieros y corrupción en los gobiernos del mundo; porque se descuidó un pilar básico en la formación académica de los profesionales de cualquier área, es por eso que se ha vuelto importante hablar de ética en estos momentos, sin ella no se puede construir el edificio de los negocios sin el riesgo de ser derribado. En los últimos años, ha aparecido la Responsabilidad Social Corporativa, como una acción directa de las empresas para colaborar en el escenario social, y cambiar muchas malas prácticas que se han dado y se dan en la actualidad. Recientemente, hemos visto como grandes corporaciones se han ido a la quiebra, por fraudes cometidos por los más altos ejecutivos, quiénes habían sido “elevados y admirados” junto a sus empresas como los modelos a seguir por la prensa financiera: Wall Street Journal, Fortune, CNN y otros. De repente se han visto envueltos en tremendos casos de manipulación de información financiera y fraudes a las corporaciones donde prestaban sus servicios, y a los respectivos estados donde operaban las multinacionales; sin considerar los daños ocasionados al entorno social de la corporación. En su mensaje de año nuevo del 2003, el Papa Juan Pablo II decía: “Nunca como en este comienzo de milenio el hombre ha experimentado lo precario que es el mundo que ha construido”. Este desequilibrio social, ha sido originado, por la codicia de pocos, que concentran la riqueza del mundo. Algunos eminentes financistas de la actualidad, como: Alan Greenspan, George Soros y Warren Buffet, no han tenido mucho tiempo para dedicarse a hablar y gestionar mucho sobre la ética. Otros como Milton Friedman, por el contrario son de los mayores defensores del modelo neoliberal, que impera en la actualidad en la mayoría de países del mundo. En un mundo globalizado, los consumidores tienen acceso a la información, y cualquier suceso ya sea social, económico o político en minutos es conocido por todos; es importante que cada vez más los stakeholders, exijan transparencia en el actuar o la gestión de cualquier compañía o corporación, ya sea local, regional o global. Ha llegado el momento de que los financistas asuman una actitud más crítica al observar el comportamiento de las corporaciones y de los individuos que toman decisiones en ellas; en esto se tiene que ser muy honestos y objetivos puesto que el rumbo que está tomando la economía mundial se ve muy sombrío, si no se hace nada para detener el auge de la codicia desmedida del hombre. Ante los acontecimientos que estamos viviendo y al ver que los artífices de los mayores fraudes y/o responsables de los grandes males de la humanidad, son individuos que fueron formados en las mejores universidades del mundo y que provienen de familias con un “alto nivel cultural”, nos preguntamos ¿qué fue lo que falló en su formación humana y profesional? El diagnóstico que podemos dar de las causas que han motivado a los individuos a actuar de esta manera es que estamos en un mundo con carencia de valores, como lo han dicho muchos sociólogos y filósofos, lo cual no permite una convivencia armónica entre los seres humanos. A la base de ello se encuentra la descomposición social que se ha vuelto una epidemia a nivel mundial y en donde la familia como principal núcleo formador está sufriendo el ataque más mortal en la historia de la humanidad. Los países subdesarrollados ven como modelos a imitar las economías de los países más ricos, y por lo tanto fácilmente se adoptan sin reserva las modas y culturas de estos países, sin percatarse que al hacer esto se deja contaminar la propia cultura, por todas aquellas malas prácticas que se imitan. Se ha escrito mucho y se han hecho estudios sobre las motivaciones que han dado lugar a grandes fraudes financieros; sin embargo, éstos no profundizan en las raíces del actuar de un profesional formado en las mejores universidades del mundo; esto debe buscarse más bien en los anti valores con que fue formado desde muy pequeño el gran ejecutivo de hoy. ¿Cómo podemos exigir una actuación ética a una persona que proviene de una sociedad sin valores? Las últimas estadísticas a nivel mundial indican, que el país con el mayor índice de divorcios en el mundo es Estados Unidos, a su vez, es donde se han dado la mayoría de los fraudes financieros. Muchos de los “líderes” mundiales actuales que han tenido una formación con los mejores estándares de calidad son los que han conducido a fabricar los mayores fraudes corporativos y daños a la humanidad, basta un ejemplo: el caso del señor George W. Bush, es un ex-alumno de Harvard University, que es una de las mejores universidades de Estados Unidos, revisando la historia de los últimos cuatro años se puede ver que en su gestión como presidente de los Estados Unidos, ha sobresalido por su decisivo ataque a los derechos humanos de pueblos indefensos, invasiones a países que él considera “peligrosos” para su seguridad, la no adopción de convenios o tratados que regulan el calentamiento global, férreo defensor de la pena de muerte. Fuerte impulsor de los “tratados de libre comercio” donde se trata de aprovecharse de los países más pobres y obtener los mayores beneficios para sus multinacionales; gran defensor de los subsidios al sector agrícola de su país, en menoscabo de las incipientes agriculturas de los países subdesarrollados; gran impulsor de aranceles y barreras no arancelarias para el ingreso de los productos de los países subdesarrollados a Estados Unidos, y otros. Por otro lado, se puede ver que los organismos mundiales como: la Organización de las Naciones Unidas, el Banco Mundial y otros de similar importancia, para el desarrollo económico mundial, han perdido credibilidad por no actuar con valores éticos y no velar por los intereses de los más débiles en el contexto mundial; sino que como en el caso de Irak y Afganistán, no han actuado en forma drástica para condenar y tratar de evitar, las invasiones o atropellos provocados, especialmente por Estados Unidos. Los fraudes han existido desde hace varios años y se han visto involucradas grandes corporaciones como: GE, Monsanto, Unocal, Halliburton y otras que han defraudado a gobiernos en sus contratos de compra, productos defectuosos o con graves daños a la salud de los consumidores, han presionado a los gobiernos para irse a la guerra, como el caso reciente de Irak; todo con la intención de incrementar las utilidades. No hay duda que casos de fraudes o corrupción en los negocios no es algo nuevo, se podría afirmar que muchos casos no salieron a la luz en años pasados debido a que no se tenía una prensa muy inquisitiva o por temor a represalias, puesto que hasta los medios de comunicación masivos como la televisión se han visto envueltos en casos de fraude. Líderes financieros como Jack Welch, pasarán a la historia como ejemplos de la carencia de valores éticos, donde lo más importante en su gestión fue el afán desmedido por las utilidades, sin importarle llevar a ciudades enteras a su desaparición. Otra de las nuevas estrategias de la economía neoliberal en la era de la globalización, es el Outsorcing o externalización de servicios, que busca en el fondo incrementar las utilidades de la organización, disminuyendo los costos, especialmente la mano de obra y materia prima; sin embargo, el mercado al que sirve sigue siendo el mismo, con precios de sus productos cada vez más altos y sus costos más bajos. Esta práctica es injusta pues, se genera desempleo en el país de origen, aunque se lleva a otros países, que “generan desarrollo”, pero nunca con los mismos salarios ni beneficios sociales del holding. Los ejecutivos visionarios y que quieren gestionar la organización a largo plazo no solamente, deben ver la rentabilidad inmediata, sino construir una organización que permita permanecer en el tiempo, manteniendo una conducta ética que le permita crear valor en sus negocios. La responsabilidad social corporativa, va más allá de cumplir con lo meramente legal, ambiental, laboral o fiscal, sino que debe sobrepasar las expectativas del entorno, ya sea del gobierno, clientes, proveedores, empleados e inversionistas. Mientras no se fomenten los valores y principios mínimos de convivencia social, será muy difícil que las corporaciones puedan encontrar ejecutivos éticos, pues “no se puede dar lo que no se tiene” y si cada vez más, los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres, se continuará provocando graves problemas sociales, por lo que la paz será un “producto” muy escaso en todo el mundo, en los próximos años. Es sorprendente ver cómo, sin ningún escrúpulo diariamente la prensa financiera informa de las grandes compensaciones de los altos ejecutivos y por otro lado siguen dándose grandes despidos de personal, simplemente por reducir costos, en algunos casos posteriormente se contrata personal con menores salarios. Ha llegado el momento en que la sociedad y el mundo de los negocios hagan un alto en el camino, y comiencen a visualizar el daño que se le ha hecho a la sociedad, a los empleados y ex empleados, pues con los grandes escándalos de corrupción en los gobiernos corporativos y estatales; las ganancias exorbitantes en las grandes corporaciones que cada vez más envían a maquilar sus productos a los países donde más barata sea la mano de obra o la materia prima, difícilmente se puede construir una convivencia social digna y en paz. Es prioritario fomentar los valores espirituales y morales en los niños y jóvenes de hoy, así como también es necesario cambiar los planes de formación de las escuelas de economía y finanzas, para evitar tener “asaltadores de empresas” en el futuro; y conflictos sociales, como el terrorismo a nivel mundial. Al iniciar este nuevo milenio el mundo ve el futuro sombrío, con más ansiedad que esperanza, pues la falta de valores en todo el quehacer del hombre de hoy, está minado por las ansias del poder y la codicia; guerras como las invasiones a Afganistán e Irak, son casos que no se habían visto en los últimos años; donde a las instituciones como la ONU, se utilizan únicamente cuando conviene a los intereses de las multinacionales de los países ricos; y acuerdos como el “Convenio de Kyoto”, se deja de lado porque afecta los intereses financieros de sus protegidos, sin importar, que el cambio climático, cada día se agudiza más. Basta observar las noticias internacionales, para darnos cuenta de las graves consecuencias del “Fenómeno del Niño”, originado por el “Efecto invernadero”, como: incendios forestales, ocasionados por el calor excesivo en ciertos lugares del planeta, inundaciones, huracanes que cada vez son más destructivos y frecuentes, nevadas y ventiscas en lugares que nunca se había dado o son más intensas, deshielo de glaciares, terremotos más destructivos y frecuentes; y así podríamos seguir enumerando, muchos desastres ecológicos de nuestros días, que están impactando fuertemente la economía mundial. En conclusión, se globalizan las utilidades de las grandes corporaciones, pero no se globaliza la solidaridad y, por eso no debe sorprender que cada día se globalice el terrorismo; el afán creciente de ganar más, las grandes corporaciones apoyadas por sus gobiernos poderosos, han llegado como en el caso de Irak, hacer la guerra para poder apoderarse de las riquezas naturales de las naciones más pobres o someterlos a tratados de “libre comercio”, donde los mayores beneficiados son los países ricos. Sin embargo, se ven signos de esperanza con el auge que en los últimos años está teniendo la Responsabilidad Social Corporativa, como una nueva forma de hacer negocios, ser rentable y sostenible a través del tiempo; es muy importante considerar que ya existen organismos internacionales e inversionistas privados, que están empujando el barco de esta tendencia que indudablemente traerá muchos beneficios a la persona humana y al equilibrio económico y ecológico mundial. Así pues, los invito a continuar en las páginas siguientes para hacer un recorrido, sobre algunos aspectos de la ética y del mundo de los negocios, que deben ser motivo de reflexión personal y grupal, para quienes lideran las finanzas de una entidad o en el área formativa de futuros MBA’s, para cambiar sustancialmente el rumbo de la historia actual de la humanidad.

Item Type: Thesis (Masters)
Additional Information: responsabilidad social ; ética corporativa
Subjects: 600 Tecnología (Ciencias aplicadas) > 650 Administración y servicios auxiliares > 658 Administración de empresas
Divisions: Facultad de Ciencias Economicas > Maestría en Administración Financiera
Depositing User: Sandra Rico
Date Deposited: 02 Dec 2016 16:12
Last Modified: 02 Dec 2016 16:12
URI: https://ri.ues.edu.sv/id/eprint/12384

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